La realidad menguante del medio ambiente en España

El afán de los dirigentes del Partido Popular por vender los presupuesto de 2018 como “los más sociales de la historia” resulta bastante patético. Para ser unos presupuestos de una economía “en fase expansiva” (Montoro dixit) llama la atención el abismo en que han caído algunas partidas presupuestarias, y notoriamente las partidas destinadas a la protección y mejora del medio ambiente. Los números exponen con claridad lo que las palabras tratan de confundir. Así, mientras el Gobierno no se apea de su discurso sobre la importancia que le da al cambio climático, la realidad habla por sí misma.

En España no tenemos Ministerio de Medio Ambiente. El bajo interés político en la materia hace que se haya convertido en un pequeño negociado del Ministerio de Agricultura. Y así no hay manera. La realidad de las políticas ambientales en nuestro país es menguante: cada año menos interés y menores presupuestos.

Esta situación es coherente con las políticas de un Gobierno, el del PP, que ha acometido una intensa contrarreforma ambiental: todas y cada una de las leyes que tenían por objeto la protección y mejora del medio ambiente han sido modificadas a la baja: Costas, Montes, Parques Nacionales, Impacto Ambiental… sólo quedaba la Ley de Biodiversidad, pero el proceso de cambios en la ley para permitir el negocio con especies exóticas invasoras ya ha comenzado. En este contexto no es de extrañar la constante bajada que sufren las partidas ambientales en los Presupuestos Generales del Estado: donde no hay voluntad política, no se pone dinero. Y defender el medio ambiente no le interesa a este Gobierno.

Los datos son esclarecedores. Las partidas destinadas a la protección y la mejora del medio ambiente del Ministerio de Agricultura se han reducido en un 69% desde el año 2009. La parte gruesa del presupuesto se destina a grande sobras hidráulicas, continuando con la peor tradición de la política de cemento y hormigón en materia de aguas, que ahora se esconde detrás del buscado, pero hasta ahora no encontrado, Pacto Nacional del Agua (para los trasvases, habría que decir).

El escándalo alcanza sus máximas cotas en materia de cambio climático. Hace unos días se publicaba que el consenso científico sobre el cambio climático alcanza el 99,94%. Pues bien, nuestro Gobierno debe quedarse en el escaso porcentaje de los que no ven urgente la necesidad de actuar, o al menos así lo muestran las cifras de su presupuesto de 2018, en que reducen la partida destinada a la lucha contra el cambio climático en otro 20%, alcanzando ya el bajón un 89% desde 2009. Es imposible creer que se apuesta de verdad por la descarbonización de la economía, con uno presupuestos que dedican miles de millones a nuevas carreteras, y solo 20 millones de € a luchar contra el cambio climático.

Vistas las cifras de los presupuestos de 2018, queda claro que el mayor problema ambiental que tenemos en España es el Gobierno del PP, y sus aliados que les mantienen ahí y que votarán estos presupuestos.

 

(Artículo publicado en Ecologismo de Emergencia)

 

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