El lobo sigue amenazado 38 años después de Félix

En uno de sus ya legendarios documentales, llamado “El lobo: el cazador social”, Félix Rodríguez de la Fuente hacía una reflexión sobre el aullido del lobo, cada vez más escaso, y menos escuchado. ¿Por qué aúllan los lobos?, se preguntaba. Cuando se cumplen 38 años de aquel fatídico 14 de marzo de 1980 en que perdió la vida en Alaska, el mejor homenaje al querido Félix pasa por alzar de nuevo la voz en defensa del lobo.

Aquella reflexión servía tanto para los años de El Hombre y la Tierra, con cuyos capítulos tantos niños y niñas de aquellos años aprendimos a conocer y valorar la diversidad de nuestra fauna ibérica, como puede servir hoy, en que el lobo sigue siendo acosado, perseguido y cazado.

– ¿Por qué aúlla el lobo? Decía Félix.

– Quizás para mostrar la profundísima tristeza de una especie que dominó el mundo entero, y que está ya al borde la extinción.

Y es que cuarenta años después de aquellos documentales, lo cierto es que la situación del lobo ibérico sigue estando comprometida en nuestro país. Recordaba en ese mismo documental como el lobo campaba entonces todavía por la andaluza Sierra Morena, las dehesas de Extremadura e incluso en los Montes de Toledo. Sin embargo, a día de hoy el lobo ha desaparecido de esos territorios.

La situación del lobo en España sigue siendo complicada; a pesar de que efectivamente ha vuelto a algunas zonas de las que había desaparecido, no puede ni mucho menos hablarse de una recuperación sólida: todavía hoy ocupa solamente un 25% de lo que fue su territorio original hace 100 años. Y aunque, efectivamente, el lobo ha vuelto a algunas provincias al sur del Duero como Ávila, Segovia o Madrid, que cuentan de nuevo con su presencia tras unas décadas de ausencia, sin embargo el lobo sigue siendo un vecino indeseado: en algunas de esas provincias le han declarado la guerra, y pretenden acabar con él.

En las Comunidades colindantes al actual territorio lobero, el lobo es perseguido con saña cada vez que aparece: es el caso del País Vasco, La Rioja o Aragón, Comunidades en las que el lobo no parece capaz de asentarse debido a la persecución que sufren.

Y todo esto, sin que exista un censo fiable sobre la situación de las poblaciones de lobo en España. Este es el primer problema sobre la actual gestión que se hace del cánido en nuestro país: se hace sin datos sólidos. Según las distintas fuentes, el número de lobos en España podría oscilar en la actualidad entre los 1500 y los 2000 ejemplares. Pero en las Comunidades en las que la población esta asentada se permite cazar a cientos de ejemplares, lo cual expone a su población a un riesgo inasumible. En Castilla y León se permite la caza de 149 individuos al año, y en Asturias este año se ha permitido la caza de 45 ejemplares. Es decir en sólo dos comunidades se mata anualmente el 10% de la población total de lobo. Y eso sin contar con la intensa caza furtiva.

Y es que el lobo sigue sin estar protegido en España. Su situación legal es diferente al norte del Duero, donde es una especie “gestionable” (eufemismo para ocultar “cazable”), y al sur del Duero donde en teoría está protegido. A pesar de la Proposición No de Ley aprobada por el Congreso mayoritariamente para corregir esa situación y que insta al Gobierno a proteger al lobo, no ha movido un solo dedo por su protección.

A pesar del tiempo pasado, y de la importancia del legado de Félix Rodríguez de la Fuente, lo cierto es que la situación del lobo en España camina por la cuerda floja. Por este motivo el próximo domingo 18 de marzo saldremos a la calle en Madrid para reclamar protección del lobo. El lobo lo merece, y ese sería el mejor homenaje a Félix.

(Artículo publicado en El Independiente)

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