Quizás el título lo explica por sí mismo: «Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima». El último libro de Naomi Klein trata por fin el problema del cambio climático desde una perspectiva profundamente política . Klein aborda la cuestión climática desde una perspectiva diferente y novedosa, porque le sirve como hilo conductor para hacer una severa crítica al capitalismo, a quien apunta como causante del colapso climático. Lo dice con tanta contundencia que parece decir aquello de: «es el capitalismo, estúpidos».
Quizás lo más novedoso, y que sin duda tiene una lectura política hoy, es que plantea la crisis ecológica como la última oportunidad para transformar el sistema económico y construir algo radicalmente mejor. En un mundo cada vez más caliente, en que se deshielan los polos, sube el nível del mar, desparecen islas, y centenares de miles de personas ven amenzada cada año su forma de vida, debemos ser capaces de transformar el modelo, porque es ya una cuestión de supervivencia.
En el contexto político español, en el que la cuestion ecológica es ignorada sistematicamente, la advertencia de Klein adquiere especial importancia, porque pone de manifiesto que continuar con el mismo modelo, es seguir en una carrera desbocada y ciega hacia el abismo. Y con ello pone en evidencia el silencio de casi todo el espectro político español ante el cambio climático y sus consecuencias.
La mayor virtud del libro de Klein es precisamente poner el dedo en la llaga de la falta de respuesta política frente al cambio climático. En el libro, la crítica al neoliberalismo que hoy representan los partidos conservadores y liberales es directa y sin paliativos. Como ella recuerda, el movimiento ecologista obtuvo una serie de victorias espectaculares a finales de los 60 y en los 70, cuando se elaboró todo el marco legal para responder a la contaminación y proteger a las especies animales y espacios naturales. Fue una victoria tras otra y tras otra. Pero todo esto «se detuvo en seco con la llegada al poder de Reagan. Reagan, básicamente, le declaró la guerra al movimiento medioambiental, y de manera muy abierta. Ahí es cuando empezamos a oír algunas de las expresiones empleadas habitualmente por los negacionistas –equiparar la defensa del medio ambiente con el comunismo y ese tipo de cosas. Con la desaparición gradual de la Guerra Fría, la defensa del medio ambiente se convirtió en el siguiente blanco, el siguiente comunismo.»
Pero la crítica no se queda ahí: «hubo un tiempo en que los progresistas sabían como hacerlo», recuerda, para a continuación denunciar que en la actualidad han perdido el rumbo….y el liderazgo. Klein recuerda las iniciativas progresistas de mediados del siglo XX que culminaron con el establecimiento del estado del bienestar, y que consolidaron a la izquierda como garante de los derechos civiles, y de la justicia social. Lo contrapone con su actual falta de respuesta ante la grave crisis ecológica. Klein aboga por una transformación profunda del capitalismo, como única salida a la crisis.
El mercado no nos salvará. Los acuerdos internacionales tampoco. Las pequeñas soluciones individuales no son suficiente: solamente saldremos de esta si unimos activismo social y ecologismo para cambiar este modelo económico. ¿Nos ponemos a ello?
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