No es un rumor. Los datos son evidentes. Las administraciones de Madrid ciudad y de la Comunidad de Madrid están dando pasos para que el ladrillo vuelva a convertirse en el motor de la economía regional. La apuesta del PP por el mismo sector que nos ha llevado al pozo en el que estamos hundidos es ya evidente. Pero sólo servirá para seguir profundizando el hundimiento. Es el neoladrillismo. más madera.Desde que la crisis comenzara en 2008 el número de viviendas en construcción ha ido reduciéndose de manera imparable. La falta de crédito hacen que en la actualidad el acceso a la compra de vivienda sea muy difícil, por lo que la demanda es muy baja.
El primer indicio de esta vuelta al ladrillo ha sido la apuesta decidida de la Comunidad de Madrid por el proyecto EUROVEGAS en Alcorcón. Se trata de una apuesta por un modelo basado en el juego, que adolece de una visión cortoplacista y cuyos impactos en el entorno económico en el que se ubique pueden ser negativos.El proyecto Eurovegas cuenta con una fuerte oposición social por sus impactos sociales, ambientales y económicos.
Pero hay más: la Comunidad de Madrid ha anunciado a bombo y platillo el proyecto de Ley de residencias rurales que se plantea permitir construir en suelo protegido. Con esta joya del discurso neodesarrollista lo justifican en el preámbulo del proyecto:
“La vieja y trasnochada concepción de que la presencia del hombre necesariamente tiene un efecto negativo sobre el entorno no puede tener ya cabida en una sociedad como la nuestra, que aspira a que sus ciudadanos sean a la vez libres como personas y responsables con el medio ambiente”
Pero eso no es todo: también se apuesta por retomar las construcciones en polígonos. Así hoy conocemos que nada menos que 22.000 nuevas viviendas van a ser construidas en Vicálvaro, y sólo serán las primeras de hasta 60.000 nuevas viviendas.
Además están los proyectos de nuevas carreteras. Entre ellos la construcción de una nueva radial de pago que corra paralela a la A-! (se llamaría R-1) o la circunvalación alrededor de el monte de El Pardo.
Cabe preguntarse de dónde saldrá todo el capital necesario para estos proyectos. Y lo que es más interesante, qué demanda los justifica. De lo que ya no cabe duda es de la nueva apuesta de los gobiernos regional y local de Madrid por el viejo modelo del ladrillo.
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