Ayer en un programa de radio, con motivo de la marcha Global contra el Cambio Climático que se celebra este domingo, me hicieron cinco preguntas sobre la situación de la Tierra. De las respuestas a cada una de ellas se extrae una respuesta común: el hombre está detrás de la profunda crisis ecológica en la que estamos inmersos. Merece la pena reflexionar sobre ellas.
¿Están desapareciendo las especies animales y vegetales?
Sí. Estamos en un proceso de destrucción acelerado de la biodiversidad. Los científicos lo llaman la sexta extinción y es consecuencia de las actividades humanas. El estudio Evaluación de los Ecosistemas del Milenio ha puesto cifras a la debacle: cada día desparecen 150 especies, y entre el 40 y el 68% de las mismas están amenazadas. Ahora especies muy comunes como golondrinas, gorriones o abejas, empiezan a ver diezmadas sus poblaciones.
¿Está despareciendo el hielo del Artico?
Si. La reducción de la banquisa polar en el Artico es dramática. Según la NASA la reducción es de un 10% por década. Durante algunos meses el Artico es ya circunavegable, y la situación no deja de agravarse. Las especies polares, cuyo emblema mas visible es el oso polar, se ven amenazadas por la desaparición de su habitat. En el Artico el calentamiento es de 0,4 º C por década, el doble que en el resto del Planeta, y las consecuencias se dejarán sentir en cada rincón.
¿Hemos destruido nuestras costas?
Si. No hace falta más que darse un paseo por algunas zonas de nuestro litoral para ver hasta qué punto hemos destruido las costas con un urbanismo desordenado, salvaje y brutal. Ahora nos enfrentamos, además, a una subida del nivel del mar para la que no estamos preparados.
¿Se están destruyendo los bosques tropicales?
Si. A un ritmo que Naciones Unidas ha cuantificado en 25 Has. por minuto. Cada minuto perdemos una extensión equivalente 25 campos de fútbol de selva tropical. Las causas son diversas: sustitución de la selva por cultivos de palma para aceite, extracción de madera, grandes infraestructuras como presas hidroeléctricas, proyectos de minería e introducción de cultivos de soja industrial.
¿Mejora el acceso al agua potable?
No. A pesar de ser uno de los objetivos del mileno de la ONU, y que los indicadores a corto plazo muestren una cierta mejoría, lo cierto es que nuevos elementos – fundamentalmente relacionados con el cambio climático – hacen más difícil el acceso al agua potable de millones de personas. De hecho las sequías son cada vez más frecuentes y más agudas, extendiendo la hambruna.
Podría la periodista haber seguido con muchas otras preguntas para al final concluir lo mismo: efectivamente la destrucción es visible, y los datos son abrumadores. Seguro que no necesitas más razones para salir a la calle a reclamar que se paralice tanta barbarie.
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