Ante el fascismo, más y mejor democracia

(Original publicado en el Hufington Post)

 

La agresión fascista del pasado 11 de septiembre en la librería Blanquerna de Madrid, sede del gobierno catalán en la capital, no es una anécdota aislada, y pone de manifiesto que la ultraderecha española sigue ahí con la misma brutalidad de siempre y ahora actuando de manera impune.

La brutal crisis económica y social, el amparo de un gobierno permisivo, y un contexto de descrédito creciente de la política entre la ciudadanía, son el caldo de cultivo ideal para que avancen las posturas populistas que defienden estos grupos. Ahora miran a Grecia, y sueñan con seguir los pasos de los fascistas de Amanecer Dorado.

El deterioro de la percepción pública de la política tiene consecuencias. En este momento las encuestas arrojan un índice de abstención que llegaría a superar el 50%. Millones de personas no se sienten representadas en este momento por ningún partido, ni parece que esa tendencia vaya a corregirse en el corto plazo. El contexto es ideal para que el populismo ultraderechista más radical cale en la gente, y arrastre un voto ahora desorientado, como, por cierto, ha ocurrido en otros países de la Unión Europea.

La responsabilidad principal de esta situación recae obviamente en una clase política incapaz de dar una respuesta al legítimo desencanto de la ciudadanía. Un sistema electoral que cierra las puertas a las minorías, y favorece un bipartidismo que no representa la diversidad de opiniones políticas en la sociedad. La corrupción sigue campando a sus anchas, sin que se vean acciones ni actitudes decididas para ponerle freno por parte de los grandes partidos.

El desamparo en que la crisis económica está dejando a los más desfavorecidos, y las políticas de recortes sociales del gobierno, generan que amplios sectores sociales no encuentren el necesario soporte en las políticas sociales. Incluso las pensiones, que hasta ahora han servido de sustento a unidades familiares con dificultades, van a ser también recortadas.

Es necesario recuperar el valor de la Política, y de la Democracia entre la ciudadanía. Si no se cambia radicalmente la actual tendencia de deterioro, podemos encontrarnos con que el espacio dejado por la ciudadanía es ocupado por fuerzas populistas. Pero ese cambio no va a producrise espontáneamente. No vale la defensa a ultranza de unas instituciones en muchos casos obsoletas y alejadas de las preocupaciones de la ciudadanía.

La reclamación de más y mejor democracia cobra en este contexto todo su sentido. La crisis política es profunda, y las soluciones pasan por ir a la raíz de los problemas. Ya no basta con un sencillo maquillaje para seguir haciendo lo mismo.


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Comentarios

2 respuestas a «Ante el fascismo, más y mejor democracia»

  1. Avatar de Iñaki

    Ante el fascismo,
    ante la injusticia,
    anta la marginación,
    ante el pesimismo,
    ante la desidia,
    ante el camino sin ilusión,
    ante las fronteras constrictivas;
    empecemos a caminar,
    buscando una nueva orilla,
    una senda de verdad,
    donde el trabajo sea vida,
    las palabras dignidad,
    las actitudes sencillas.

    Un saludo Juantxo

  2. Avatar de Elsa Canelon Karg (@CanelonDeMiel)
    Elsa Canelon Karg (@CanelonDeMiel)

    Tu planteamiento es certero, pero cual seria para ti la solución…?

    En mi opinion, los partidos políticos tradicionales actúan de manera concertada, en apariencias hacen un gran «teatro de oposición» – para luego ir juntos – a tomarse un trago en algún bar. Hay una estrategia obvia y descarada de «confundir» al español de a pie y mantenerlo en ese estado de «indecisión permanente» para que la abstención a las urnas electorales sea lo mas alta posible y la dorada esfera del poder flote de mano en mano – entre los mismos – garantizando a la clase política su nivel de vida privilegiado.

    Hasta hoy nunca he visto un político de vocación; la política – aun antes de Franco – fue para muchos un modo de ganarse la vida con poco esfuerzo a base de amiguismos, compadrazgos y hasta herencias descaradas de cargos en ayuntamientos y otras entidades. En España los políticos no se levantan al alba pensando que son servidores públicos, no se sienten personas cercanas porque hayen sido nombradas por sus vecinos para que les represente y lleve sus solicitudes, proyectos y necesidades ante las autoridades competentes; es mas, muchas comunidades en España son representadas por personas que no pertenecen a ese mismo colectivo, y esto es inaceptable. Cada comunidad debe elegir a sus representantes, conocerlos, haber compartido vivencias y experiencias, de modo que sientan que sus voces si son escuchadas a través de esa persona que les inspira confianza porque les es familiar; así mismo cualquier colectivo mal representado o desatendido por su representante debería tener el derecho a removerlo de su cargo por no cumplir con el programa pre establecido antes de su elección.

    Para que España progrese la democracia debe comenzar por involucrar a la gente, a los vecinos de todas las edades en pueblos, comunidades y ciudades, y los representantes deben ser de la misma localidad y ser elegidos en listas abiertas, listas que ofrezcan alternativas mediante la candidatura de tantos ciudadanos como se quieran postular al cargo que sean conocidos, que estén dispuestos a presentar sus ideas, programas y proyectos para una determinada después de haberse reunido con sus vecinos y escuchado sus necesidades; que el ciudadano sienta que su voto tiene valor y marcara una diferencia a la hora de ver resultados. 1 voto = 1 ciudadano es la formula que garantiza mayor asistencia a las urnas.
    Cordial saludo,
    Elsa

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