Se cumplen dos años de aquel fatídico 12 de enero de 2010 en que un terremoto de siete grados en la escala de Richter acabara en Haití con la vida de más de 300.000 personas y tumbara el 75 por ciento de los edificios de la capital. El seísmo, y especialmente sus terribles consecuencias, removieron las conciencias del mundo que se volcó en un esfuerzo de solidaridad con las víctimas.
Dos años después del terremoto, más de medio millón de personas siguen viviendo en campamentos y sólo el 43 por ciento de los 4.600 millones de dólares prometidos en la conferencia de donantes ha sido entregado.
Inmersos en nuestra crisis olvidamos que hay muchos que están peor. Precisamente uno de los recortes presupuestarios del gobierno de Rajoy que han pasado más desapercibidos ha sido el del Ministerio de Exteriores. Este recorte tendrá consecuencias drásticas sobre el futuro de la ayuda española al desarrollo, que se sumará a los recortes que ya se han sufrido, y a los que han realizado las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
Hay que decirlo con todas las letras: los recortes que se están produciendo en cooperación, serán directamente una condena a muerte para muchas ONGs.
Miles de personas se han manifestado este miércoles en Puerto Príncipe, precisamente para protestar por la situación en la que continúa Haití dos años después del terremoto. Y es que Haití saldrá adelante gracias al compromiso y el esfuerzo de su gente. Pero sería criminal dejar de ayudarles ahora, cuando más necesitan una mano para salir definitivamente del agujero en el que están inmersos desde hace ya demasiado tiempo.
Deja una respuesta