El accidente de Fukushima y sus terribles consecuencias todavía por conocer en profundidad están poniendo frente al espejo de sus problemas a una forma de producción de energía – la nuclear – que ya sólo tiene una salida: el cierre progresivo de las plantas existentes y su eliminación definitiva. En este contexto, algunos ya se han apresurado a alabar el carbón como alternativa, olvidando que estamos en un escenario de cambio climático causado por la combustión de de carbón, petróleo y gas, y que estamos por tanto también obligados a prescindir en un plazo relativamente corto de estas fuentes de energía.Es absurdo caer en el debate de carbón o nuclear. Hay que prescindir de ambos. Y es aquí donde entra precisamente esa Responsabilidad Social de la que tanto nos hablan, pero que poco parece tener que ver con la realidad, al menos en el caso de las empresas eléctricas y energéticas.
El gran reto al que se enfrenta la Humanidad en el siglo XXI es el del cambio de sus fuentes energéticas para evitar un cambio climatico catastrófico. Debemos pasar de un modelo casi totalmente basado en la energía fósil y nuclear, a un modelo 100% renovable- Y sabemos que no es fácil, pero también sabemos que es posible.
Pero en los últimos años hemos visto como las empresas eléctricas han limitado su papel político, al lobby en defensa del alargamiento de la vida de las nucleares, el aumento de las subvenciones al carbón nacional y a garatizar que se amorticen las inversiones en plantas de gas de ciclo combinado. Y hay que reconocer que han tenido éxito en sus objetivos, por la complicidad explícita del Ministro de Industra Miguel Sebastián. Ahora las energías renovables navegan a la deriva.
Cuando se habla de nuevo modelo energético es importante recordar a las empresas eléctricas que tienen una responsabilidad en hacerlo posible. No podemos seguir en el actual estado de las cosas que nos lleva de cabeza al cambio climático o el accidente nuclear. Hay que decirlo con todas las letras: el actual mix energético no sirve, y las empresas tienen una gran responsabilidad en cambiarlo.
Una vez más hay que exigir que, cuando nos hablen de responsabilidad social, las grandes empresas asuman sus verdaderas responsabilidades, y no que se cobijen en esos términos para hacer ejercicios de lavado de imagen. A día de hoy la responsabilidad principal está en conseguir un modelo energético renovable.
Deja una respuesta