Copenhague, un año después

Exactamente hace un año que salía esposado del Palacio de Christianbourg en Copenhague, tras realizar una protesta para denunciar el fracaso de la Cumbre contra el Cambio Climático que se celebraba desde el 7 de diciembre en la capital danesa. Precisamente ayer mismo se conocía una sentencia de un tribunal de Copenhague esperanzadora, que calificaba de ilegal el arresto de cientos de personas en la manifestación que se celebró por las calles de la ciudad el día 12 de diciembre. Un año después todavía quedan muchas incógnitas sobre lo que ocurrió en aquella reunión y, sobre todo, sus causas, pero otras empiezan a despejarse. En nuestro caso, los activistas involucrados en aquella acción estamos todavía  a la espera de que la fiscalía haga públicos los cargos de que se nos acusan, y fijen una fecha para el juicio.

No obstante, la sentencia conocida ayer es una gran noticia porque por fin se empiezan a poner las cosas en su sitio en lo referente a aquella nefasta reunión, que tanto daño hizo a la lucha contra el cambio climático por la falta de voluntad política de los líderes mundiales. Uno de los ejes de la actuación de las autoridades fue la represión de la sociedad civil, y las detenciones masivas del 12 de diciembre fueron el primer síntoma de lo que ocurriría después. No se querían testigos de lo que iba a ser un fracaso anunciado.

En un momento de aquella manifestación, la más grande en la historia danesa que contó con la presencia de más de 100.000 personas, la polícía cortó desde dos bocacalles a los manifestantes, y detuvo a unas 1.000 personas. Durante horas estuvieron esposados formando filas sentados en la calle y esperando durante horas a temperaturas bajo cero. No hubo el más mínimo conato de violencia que justifiacase la acción policial. No puedo más que expresar mi alegría por la sentencia que ahora obliga a indemnizar a esos manifestantes.

Sobre el fondo del asunto también ha habido cambios: la reciente Cumbre celebrada en Cancún (COP 16) ha reconocido el fracaso de Copenhague, razón por la cual nos sentimos reconocidos en nuestra acción aquella noche de la que hoy se cumple el primer aniversario. Sin embargo, Cancún ha retrasado hasta 2011 en la próxima Cumbre en Sudáfrica la fecha para cerrar definitivamente un acuerdo global que ponga freno al cambio climático. Cancún ha salvado el proceso de negociaciones, pero no ha salvado el clima.

Hay motivo para la preocupación por los resultados de Cancún, ya que no es la primera vez en que se fija una fecha para cerrar el acuerdo climático, y luego no se cumple. Eso mismo fue lo que se hizo en Bali en 2007, fijando precisamente Copenhague como el lugar y 2009 la fecha en que se debía lograr aquel acuerdo.

Lo cierto es que un año después las emisiones que causan el cambio climático siguen aumentando. En 2011 deberíamos ver mucha más acción a nivel local o nacional en defensa del clima. Si esto no ocurre, el fantasma de Copenhague puede reaparecer. Nuestro esfuerzo desde EQUO será para poner el clima en la agenda politica durante este 2011. Esperamos contar con vuestro apoyo.


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Comentarios

6 respuestas a «Copenhague, un año después»

  1. Avatar de Lola Lele
    Lola Lele

    Gracias, Juantxo.

  2. Avatar de Óscar Moreta
    Óscar Moreta

    Ayer posteé en mi facebook acerca del aniversario de tu detención junto a la de Nora Christiansen, Joris Thijssen y Christian Schmutz.

    Lo de Copenhague no tiene nombre, ni por las detenciones masivas, ni por la vuestras, un acto totalmente pacífico, y esto es una mancha que quedará para siempre en la historia de Dinamarca.

    Lo único bueno que se ha sacado de la COP16 es que la COP15 fue un fracaso, nada más, porque como tu dices, el unico acuerdo es acordar algo en la COP17 y esto lo mires como lo mires, no representa un éxito.

    Como tu dices, estos retrasos consiguen ganar más adeptos desde la sociedad civil, pero creo que la crisis económica (y también de ideas, porque no decirlo) provoca que no seamos los suficientes adeptos como para provocar una verdadera revolución y por tanto cambio en nuestros políticos.

  3. Avatar de Miguel Cordero

    De Copenhague a mi me quedan 3 cosas. La primera es que, aunque tú Juantxo lo pasaras mal en aquellos días, la sociedad española empezó a reconocerte (y con ello, a valorar más una serie de ideas).

    Las otras dos son claramente negativas. Una el que la cumbre, como tal, fue un fracaso. La otra, la vergonzosa actitud de un estado, como Dinamarca, supuestamente democrático y garantista.

    Empieza a ser demasiado habitual que los anfitriones de cumbres internacionales se pongan a la altura no de su propia legislación sino la de aquel país asistente más reacio a las libertades. Como si fuera condición sinequanon para que todos se sientan a gusto.

    En Copenhague no sólo perdió el clima, también la democracia. Pero siempre nos quedará el recuerdo de aquel señor tan trajeado con su pancartilla de «los políticos hablan, los líderes actúan»

    http://miguelangelcordero.blogspot.com/2010/12/un-ano-despues-del-fracaso-de-la-cumbre.html

  4. Avatar de Jesús Iglesias

    Pues sí, muchísimas gracias Juantxo por la enorme valentía de aquel día en Copenhague y, más aún, por lanzar eso que llevávamos tanto tiempo esperando los ciudadanos españoles de todas las regiones y edades: el cambio de filosofía y actitud ante la vida y ante los demás que representa EQUO, la democracia participativa, la oportunidad de construir un nuevo mundo más sostenible, justo y solidario por y para todos.

    Gracias por encender la chispa del futuro con EQUO. Entre todos pondremos el Cambio Climático y la justicia social en la agenda de los políticos, poníendolo, en primer lugar, en nuestras propias agendas.

    un fuerte abrazo y adelante vamos compañeros de EQUOviaje ;-)
    jesús

  5. Avatar de Begoña Cabaleiro
    Begoña Cabaleiro

    La verdad es que me quedé con el lema que el pasado año extendiste en Copenhague¿HABLAS O ACTÚAS?. Creo que en temas medioambientales ya han corrido demasiados ríos de tinta, por contra, poco es lo que se está haciendo. Es tiempo de pasar de la teoría a la práctica, de hacer y de no divagar más.

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