Durante años fui a la Universidad en bicicleta. Hicimos incluso una recogida de firmas para conseguir un aparcamiento de bicicletas en la entrada de la Facultad, y el día que se estrenó…me robaron la bici. Entonces era alcalde Tierno Galván, y ya nos manifestabamos defensa del carril-bici desde la vieja sede de Aepden en la calle Campomanes.
Desde hace unos meses recupero la costumbre de moverme en bici en la ciudad, gracias al regalo que me hicieron mis antiguos compañeros de Greenpeace. Pero reconozco que ahora el miedo me atenaza más que entonces cuando me muevo en el peligroso tráfico de Madrid. Encuentro que la situación de la bicicleta no ha mejorado desde hace veinte años. Seguimos donde estábamos, chupando el humo de los autobuses, evitando los coches con cautela, y salvando el pellejo por los pelos.
El otro día me comentaron que solamente el 0,6% de los desplazamientos en Madrid se realizan en bici. El dato sitúa a Madrid tan lejos de otras grandes urbes europeas en el uso de la bici, que produce sonrojo comparar los datos. Sin duda el movimiento en la ciudad de defensa de la bici cada vez es mayor y moviliza a más gente, pero no parece que el alcalde esté demasiado por la labor de facilitar la entrada de la bicicleta en Madrid a gran escala.
No creo que sea necesario insistir en las ventajas de la bicicleta como medio de transporte. Más rápido, más barato, más sano y ecológico. A pesar de ello todavía hay quien la denosta y la desprecia como si fuera un vestigio del pasado.
Los pasos que se dan desde la administración municipal son lentos, y más parecen destinados a frenar la entrada de la bicicleta como medio de transporte, que a impulsarla. Por otro lado los datos de accidentes que involcuran a ciclistas van en aumento. Es estremecedor que haya que seguir jugándose la vida para moverse en bicicleta. Reconozco que no puedo permitir a mis hijos moverse en bici por Madrid. Simplemente no me atrevo.
Madrid necesita millones de ciclistas urbanos. Pero no sólo el Día de la Bicicleta, sino todos los días.
Con mucha más gente en bici Madrid sería una ciudad mejor. Pero para que eso sea una realidad, señor Gallardón, deje de mirar para otro lado y ponga de una vez los medios que lo hagan posible.
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