Hace sólo unas semanas miles de personas nos manifestabamos en toda España para reclamar al gobierno acción contra la pobreza, y compromisos políticos concretos que nos acercaran hacia el cumplimiento de los Objetivos del Milenio. La Alianza contra la Pobreza nos recordaba que «la pobreza no está en crisis. El número de personas que viven en pobreza extrema ha aumentado hasta alcanzar la cifra de 1.400 millones. Ya son casi 1.000 millones las que pasan hambre a diario. Y la pobreza no cesa de crecer a la par que las desigualdades. Hoy en día el 1% de la población mundial controla el 50% de la riqueza y el 20 % consume el 80% de los recursos.»
Pero ni los datos, ni las movilizaciones parecen hacer mella en el gobierno, ni en el PP. Los Presupuestos Generales de 2011 reducirán la Ayuda al Desarrollo del Estado en 918 millones de Euros. Más o menos eso nos devuelve a las cifras del año 2007, y nos aleja todavía más del objetivo del 0,7.
En la Cumbre sobre los Objetivos del Milenio que se celebró en Nueva York, pudimos escuchar a Zapatero ante el pleno de Naciones Unidas hablando sobre la importancia de la ayuda y la necesidad de aumentarla, cuando la realidad de los datos hablan exactamente en sentido contrario.
Por fin, hoy sale el PP a hacer oposición para pedir que la Ayuda al Desarrollo…..se reduzca. Eso sí, para aumentar las pensiones. Simplemente penoso. Como si no hubiera otras partidas presupuestarias de las que tirar para aumentar las pensiones. Pero este es el dilema al que quieren llevar a la ciudadanía: «elija usted entre estos pobres, o aquellos». ¿Puede haber un ejercicio más cruel?
De alguna manera con estos razonamientos detrás de la iniciativa del PP se crea un caldo de cultivo envenenado, que invita a pensar interesadamente al pensionista afectado por la congelación de su pensión que la Ayuda al Desarrollo es lo que impide que sus pensiones suban. Así es como se siembran los peores sentimientos. Tal es el disparate de esta iniciativa que sólo puedo expresar mi profunda condena.
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